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domingo, 4 de julio de 2010

Dossier Korrupción Kon Venezuela: Esto es público ¿Los Jueces leen los diarios?

"Las gestiones secretas del nuevo embajador en las sombras"*
"Olazagasti es el nuevo Uberti", dijo a La Nacion una fuente con directo conocimiento de la operatoria que une en la actualidad a la Argentina con Venezuela. Alude al ex secretario privado del ministro Julio De Vido y hoy jefe de ceremonial del Ministerio de Planificación Federal, José María Olazagasti. Y lo comparó con Claudio Uberti, el ex "embajador en las sombras" del Gobierno para Venezuela hasta su salida por su rol protagónico en el caso de la valija con US$ 790.550 detectada en el Aeroparque el 4 de agosto de 2007.

Empresarios, funcionarios y diplomáticos argentinos y venezolanos coincidieron en ese diagnóstico. Eso explicaría, además, muchos de los viajes al exterior que hace Olazagasti, así como también su mención explícita en el cable confidencial que emitió el subsecretario de Integración Económica Americana y Mercosur, Eduardo Sigal.

Esas "gestiones paralelas" levantan polvareda tanto en la Argentina como en Venezuela. "El equipo del Ministerio de Planificación actúa por su cuenta, sin reportar, ni coordinar con la Cancillería", detalló otro testigo directo de sus procedimientos. "Ese grupo elige los negocios, elige a los participantes en cada negocio y elige a los ganadores de cada uno de esos negocios", afirmó.

El Boletín Oficial da cuenta de al menos seis viajes de Olazagasti como parte de comitivas presidenciales desde enero de 2006. Cuatro con el entonces presidente Néstor Kirchner, y otros dos con su sucesora, Cristina Kirchner, a quien acompañó en su gira de 2008 por Venezuela, Santo Domingo y Haití, y también a Estados Unidos, en abril de este año.

A esos viajes se suman muchos otros, según surge de los registros reservados de Migraciones. Para participar de las reuniones de la Comisión Binacional de Alto Nivel (Coban), al que alude el alerta de Sigal, Olazagasti salió por el aeropuerto de Ezeiza, el 10 de abril, a las 20.31, y retornó cuatro días después, el 14, a las 8.36, aunque por el Aeroparque Jorge Newbery. Dos días después, volvió a emigrar.

Sus viajes se acumulan desde hace años. Según surge de un cable reservado del entonces embajador ante Venezuela, Eduardo Sadous, del 28 de mayo de 2004, Olazagasti también viajó a Caracas junto al secretario de Minería, Jorge Mayoral, el presidente del INTA, Carlos Cheppi, a Uberti y a la secretaria de éste, Victoria Bereziuk.

Tiempo después, Bereziuk también salió eyectada del Gobierno tras el estallido del escándalo de la valija y Guido Alejandro Antonini Wilson, en el que Olazagasti desempeñó un papel, según relataron fuentes argentinas y venezolanas a La Nacion. Fue él quien habría destrabado el ingreso de Antonini a la Casa Rosada para asistir al acto de los presidentes Néstor Kirchner y Hugo Chávez, el lunes 4 de agosto de 2007.

Seis años y un mes después de aquel cable y a casi tres años del "maletinazo", Sadous relató ante la comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados qué hacían los funcionarios en Caracas: "Indicar a qué empresas se puede pagar o no, a qué empresas se puede imputar los pagos de los fondos del fideicomiso que administra Pdvsa", según un extracto del testimonio confidencial que reveló el diario Tiempo Argentino.

Esa facultad discrecional del equipo de De Vido le aportó un poder inigualable al que muchos acuden. "Los empresarios que se muestran dispuestos a negociar con ellos revolotean a su alrededor", graficó un tercer informante a La Nacion.

Olazagasti también acumuló millas aéreas junto al entonces secretario de Transporte, Ricardo Jaime, según consta en la denuncia sobre vuelos privados que presentó la Fiscalía de Investigaciones Administrativas (FIA). De allí surge que el viernes 22 de agosto de 2008, Jaime retornó de Brasil en la aeronave privada matrícula LV-BIY junto a De Vido, Olazagasti y otros funcionarios.

A principios de este año, Olazagasti acumuló una denuncia por otra gestión foránea. Fue por su presunto papel en la venta del 30% de las acciones que pertenecían al Estado argentino en la represa Coca Codo Sinclair, construida en Ecuador.

De Vido no sólo negó cualquier irregularidad, sino que defendió a su asistente. Explicó que, como él no pudo viajar, envió a Olazagasti para que lo mantuviera informado de las negociaciones que mantenía Enarsa, a su vez representada por Exequiel Espinosa, el funcionario que alquiló, un año antes, el avión en que voló desde Venezuela Antonini y la misteriosa maleta.
Otra Nota:
Los negocios con Venezuela
Denuncian en Cancillería a un hombre de De Vido
Un cable de hace 10 días alertó que persisten las gestiones "paralelas"
Hugo Alconada Mon
El ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, y su círculo más cercano de colaboradores mantienen operativa su "embajada paralela" en Venezuela. Así surge de una alerta de altísimo nivel que se emitió hace menos de 10 días desde la propia Cancillería en un cable diplomático confidencial, cuya copia obtuvo LA NACION.

Lejos de haber concluido con la caída de Claudio Uberti en 2007, esas gestiones "paralelas" fueron denunciadas al flamante canciller, Héctor Timerman, según pudo saber LA NACION. El ministro fue notificado de los problemas que sufren empresas argentinas por la actuación irregular de otro colaborador de De Vido, su ex secretario privado, José María "el Vasco" Olazagasti.

La alerta diplomática se emitió el viernes 25 de junio. Informó que Olazagasti, ahora jefe de Ceremonial del Ministerio de Planificación, excluyó a por lo menos dos empresas argentinas, mientras que privilegió a otras firmas locales con las que su ministerio mantiene una mejor sintonía; entre ellas, la firma cordobesa Electroingeniería, de excelentes contactos en la Casa Rosada. El signatario de ese cable es el subsecretario de Integración Económica Americana y Mercosur, Eduardo Sigal. Consustanciado con las ideas políticas del kirchnerismo y uno de los funcionarios más importantes de la Cancillería desde hace años, Sigal reportó a sus superiores sobre la peculiar actuación del asistente de De Vido en Caracas. Lo hizo tras una denuncia de las firmas afectadas.

"La referida exclusión de las empresas argentinas se habría originado en una reunión paralela, organizada por el Sr. José María Olazagasti [?], de la que habrían participado únicamente las empresas que aparecen como signatarias del mencionado programa [?.], pero a la que no fueron convocadas otras empresas participantes", resaltó.

Sigal envió el cable a su superior directo, el secretario de Relaciones Económicas, Alfredo Chiaradia, y, por encima de él, al canciller Timerman -según reconstruyó LA NACION-, que se encontraba en Canadá con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

Un día después de que Sigal emitiera su alerta, Timerman redobló sus críticas contra la prensa por abordar las gestiones "paralelas" del equipo de De Vido. Acusó a los periodistas que "quieren seguir inventando".

El nuevo cortocircuito, sin embargo, llevaba ya dos meses y medio de gestación. Comenzó durante las reuniones de la Comisión Binacional de Alto Nivel (Coban) el 12 y el 13 de abril, en Caracas, en las que participaron funcionarios, diplomáticos y técnicos de ambos países.

Esa cita conllevó tres situaciones peculiares, según pudo reconstruir LA NACION. La primera, que se celebró con más tiempo de antelación de lo habitual con respecto al encuentro que le suele seguir entre los presidentes de la Argentina y Venezuela. La segunda, que el Ministerio de Planificación "movió luego sus piezas", según definió una de las fuentes consultadas. Y, tercero, porque Olazagasti decidió esa "exclusión" de algunas empresas argentinas y la promoción de otras.

Olazagasti cumpliría así con las mismas tareas que antes desarrolló el titular del Organo de Control de las Concesiones Viales (Occovi), Claudio Uberti. El funcionario al que empresarios argentinos y venezolanos señalaron como el "embajador en las sombras" en Venezuela hasta agosto de 2007, cuando salió del Gobierno por el escándalo de la valija junto con Guido Alejandro Antonini Wilson.

Las empresas perjudicadas ahora por la operatoria "paralela" de Olazagasti, según surge del cable que Sigal envió a sus superiores, fueron dos. Hidro-Grubert, dedicada a la producción de grúas y elevadoras hidráulicas, y EMA SA, que se presenta como "la más importante empresa en la Argentina dedicada a la producción de equipos electromecánicos de maniobra".

Consultadas por LA NACION, ambas empresas se negaron a hacer declaraciones, al igual que Sigal, pero una alta fuente oficial lo admitió. LA NACION intentó consultar anoche a Timerman sobre el tema, pero no respondió los llamados y correos electrónicos (se encuentra actualmente en Venezuela, en una cumbre regional).

Las dos empresas, Hidro-Grubert y EMA, fueron perjudicadas por una razón contundente, según reconstruyó LA NACION. Poco antes, ambas se habían negado a entrar en la "operatoria" montada desde el Ministerio de Planificación y, tras obtener la homologación requerida para sus productos, optaron por contactar en marzo de este año y por su cuenta a la Corporación Eléctrica Nacional de Venezuela (Corpoelec).

Ese abordaje pareció funcionar. Pero sólo al principio. Según el cable de la Cancillería, porque "las empresas argentinas mencionadas no fueron convocadas a la firma del programa de trabajo referido" entre Corpoelec y el llamado Grupo de Suministro de Empresas Argentinas de Materiales y Equipamientos Eléctricos (GESA), "a pesar de encontrarse formando parte de la delegación de empresarios argentinos presentes en las reuniones" de la Coban. Es decir, porque Olazagasti montó una "reunión paralela".

Encrucijada
La exclusión de Hidro-Grubert y EMA llevó así a una encrucijada peculiar: la Cancillería debió reclamarle al gobierno venezolano para que desarmara la jugada de Olazagasti, según consta en el cable.

"A criterio de esta Subie [por la Subsecretaría de Integración Económica Americana que dirige Sigal], las convocatorias a empresas nacionales con capacidad exportadora y de radicación industrial en ese país deben resultar lo más amplias y representativas posibles de cada sector industrial argentino -afirmó-. Así se lo ha hecho saber el suscripto al ministro del Poder Popular para la Energía de la República Bolivariana de Venezuela." Es decir, al también titular de Pdvsa, Rafael Ramírez, otro de los protagonistas del "caso Antonini".


* La Nación, 4-7-10

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